Si la vida fuera como en las películas...

El cine... Grandes historias que se han contado y las que se habrán que contar. Robots gigantes, criaturas escalofriantes, asesinos en serie y jocosas historias. En el cine hay de todo, y si la vida fuera como en las películas, por lo general, como buenos protagonistas de nuestras vidas, siempre saldríamos librados.
Imagínense si Arma Mortal 4 tomara lugar en la vida real de dos policias chilangos...

La situación es inimaginable, no se sabe como llegaron dos policias a un pesero, el conductor está inconciente, y hay un mensaje en el parabrisas que dice que si bajan la velocidad de 60 kilometros por hora, el pesero explote...
No pueden seguir por las calles convencionales... ¡La vida de todos los pasajeros y un vendedor ambulantes de discos está en peligro! Sin embargo, Juanelo, policia experto en patrullar, mas no en manejar, toma el control del pesero y se dirige hacia el segundo piso con el pesero.
"¡Pareja, no está terminado todavía!"-le dice Pedro, su pareja, asustado.
"¡Es nuestra única salida!"- Le contesta con determinación.

Avanzan hechos la madre por el segundo piso, no hay carro alguno, no está inaugurado... Pronto nuestros héroes se encuentran con un tramo que no está terminado y que sólo hay un pequeñio tramo a la izquierda del vehículo, donde ningún carro cabría.
Pronto, Juanelo pensando rápido grita y gira el volante.
"Gente, orillese a la orilla izquierda para levantar el pesero de ese lado!- Gritaba Juanelo... toda la gente le hizo caso y el pesero en efecto se paró en dos llantas y avanzo...

Ahora, si la vida fuera como en las películas, Juanelo, Pedro, los pasajeros y el vendedor ambulante habrían salido ilesos y hubieran sido héroes de guerra.
Pero la vida no es así, por lo que Juanelo está ahorita en el hospital luchando por su vida, Pedro se cayó en la casa de unas viejitas mientras salió disparado del pesero y las ancianas creen que es su marido que fue a comprar cigarros hace 15 años, los pasajeros tenían paracaídas por alguna extraña razón y el vendedor ambulante, bueno... fue sustituido por otro, pues se desconoce su paradero.
Y el pesero nunca explotó.